FIESTAS Y NAVIDADES EN ETIOPIA

Vivir las fiestas fuera del país natal genera una extrañeza muy especial.

En Etiopía hay un calendario muy distinto al nuestro, lo que hace que las fiestas caen en momentos bastante distintos: Navidad es el 7 de enero, el 18 la epifanía.

Lo más extraño es que a las fiestas del calendario cristiano ortodoxo se suman las fiestas musulmanas, así que el 27 de enero vamos a celebrar el nacimiento de Mahoma; algunas de estas son variables, ya que se basan en unas misteriosas (para nosotros!) observaciones de la luna que hacen que sólo el día antes se sepa cuando va a ser fiesta! Para los pobres occidentales recién llegados es desalentador, porqué siempre sale el tema a la luz en el momento menos oportuno, tipo hacia las 16:30  “has encontrado la pieza que le hace falta al coche? Es que mañana, A LO MEJOR, es fiesta y todo estará cerrado! :-0”… así resulta que nosotros ferenji, personas atadas a nuestros relojes, agendas y proyectos, nos encontramos que de repente, para saber, sin molestar nadie a las 7 de la mañana, si hoy tenemos que ir al despacho, no nos queda otro remedio que sacar la nariz a la calle para mirar si la tienda de los musulmanes ha abierto ¡o no!

Es bastante fuerte, pero con el tiempo te vas más o menos acostumbrando, y mi no me suena ya tan raro hacer una cita variable: “si no hay fiesta, nos vemos mañana, sino pasado.”

Las fiestas cristianas suelen ser más visibles y estruendosas[1].

A menudo antes hay largos ayunos seguidos por grandes matanzas de corderos. Por ejemplo, el 7 de enero se va a acabar el ayuno de Navidad, 55 días sin tocar producto animal (no son muchos los que lo siguen estrictamente…), así que los días anteriores muchas calles se ven abarrotadas por aparentemente improvisados mercados de ganado, minibuses que llevan una docena de corderos vivos atados al maletero, transeúntes en lucha con su recalcitrante comida de Navidad…

Es un pedazo de Etiopía rural catapultado en las recién asfaltadas calles de Addis Abeba…

Las celebraciones religiosas tienen un encanto particular: grandes masas de gente cubierta por la blanca “nethela” o “gabbi” que se aúnan en las iglesias desde altas horas de la madrugada, unidos en cantos lamentosos, pero muy evocadores y llenos de sentimiento… la profunda religiosidad de los fieles es realmente impresionante.

Celebración Milhela en Axum

Celebración Milhela en Axum

Pero si las fiestas autóctonas son llenas de sentimiento y ricas de seguidores, y son ocasión de consumo de carne y poco más, las importadas son escuálidas en su “quiero y no puedo”… parecen un grosero intento de estimular un consumismo que de momento solo va a ser privilegio y ostentación de los pocos que, en muchísimos casos gracias a algún familiar que envía dinero desde el extranjero, pueden dedicarse a comprar en un momento que no es ni fiesta, ni nada.

Así, en los modernos centros comerciales de Bole Medhani Alem se puede contemplar un árbol de Navidad, que me ha dado la sensación de una nave espacial aterrizada desde otro planeta, con muchas personas a su alrededor completamente extrañas a todo lo que este representa.

Árbol marciano

Árbol marciano

Personalmente he tenido siempre muy pocas simpatías para la Navidad, con esta obsesión consumista inducida en las personas, y sus lemas de bondad y altruismo bastante hipócritas, la verdad.

Pero tengo que confesar que, después de 15 años de migración, siempre con trabajos que me ocupan mucho durante las fiestas de Navidad, empiezo a desarrollar una infantil melancolía para las frías fiestas en Perugia… calentadas por los “cappelletti in brodo” (lo siento para mi segunda patria, pero la “carn d’olla”, aunque la esencia es la misma, pasta carne y caldo, no tiene nada que ver!) que religiosamente preparábamos manualmente con mi hermana y mis primos… endulzadas por los abundantes “panettoni” y turrones… excitantes con los pequeños juegos de azar familiares permitidos…

No sé si es la migración o que me hago viejo, pero el resultado es que la magdalena de Proust ha dejado de ser solo un tópico de novela para mí.

Pero la dura realidad es que un servidor se ha pasado esta navidad en el despacho, súper liado como siempre con reparaciones de todo-terrenos, cancelaciones y líos de chóferes y guías!
Un poco de bondadosa compasión navideña será bienvenida!

Felices fiestas a tod@s!!!!!!!!


[1] No he tenido ocasión de presenciar grandes fiestas musulmanas en Addis Abeba.

4 respuestas to “FIESTAS Y NAVIDADES EN ETIOPIA”

  1. Molt bon article i ben retrobat, Emanuele.
    Bon any i bones fotos.

  2. Paloma V. Says:

    Qué bueno leerte y aprender contigo, siempre. Un abrazo para toda la familia.

  3. Quina descripció més detallada, has aconseguit transportar-me allà. M’ha recordat molt els Nadals al marroc, amb aquestes imatges decadents i fins i tot grotesques de les festes importades, Pares Noel i llums de nadal totalment desincronitzats en un lloc i una cultura on no fan ni falta…

  4. Por fin encuentro una persona inteligente y que habla alto y claro
    gracias!

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