Los nuevos caminos de los camellos “Karrayyu”

La aldea está desierta, no hay nadie más que dos mujeres que saludamos de lejos, y nada más que una cuantas chozas hechas de ramos espinosos y paja además de algunos recintos para el ganado.

Sin embargo nuestro anfitrión habla mucho, y consigue que este lugar desierto empiece a revelar-nos pequeños secretos que nos permiten entender que detrás de la aparente casualidad de este pequeño grupo de habitaciones hay una sabiduría milenaria que no deja ningún detalle al azar.

Aldea Karrayyu cerca del volcán Fanta Ale

Aldea Karrayyu cerca del volcán Fantalle

Casi al improviso, de quien sabe dónde, llega un hombre, delgado, vestido con una simple camiseta deportiva, calzoncillos y las típicas sandalias de goma, tan habituales en toda Etiopía.

Su mirada siempre apunta lejos, hacia otro lugar, y después de intercambiar los saludos rituales (una sucesión ritmada y modulada de breves palabras) con nuestro anfitrión, lo primero que hace es… lavarse los pies… para un pastor semi-nómada Karrayyu los pies son algo que cuidar muy bien!!

Termina la operación minuciosamente, pero al mismo tiempo utiliza una cantidad de agua que a un europeo no bastaría ni para aclarar el cepillo de los dientes…

En un segundo momento nos informaron que la costumbre de mirar lejos incluso cuando hablaba con una  persona era una peculiaridad de aquella persona, pero me parece un detalle evocativo para representar a un pueblo que anda mucho y muy lejos: desde muy pequeños los niños se acostumbran a seguir sus rebaños por todo el día, y cuando llegan a la pubertad están listos por hacer el viaje largo, el que durante la estación seca los lleva a más de 200 km de su territorio, sin otros enseres que el vestido que llevan puesto, sandalias y un bastón.

Nuestro anfitrión se llama Roba Bulga, es un Karrayyu también… un personaje de excepción, una persona que ha experimentado sea la vida austera y pausada del pastor, sea el bullicio acelerado de la ciudad, la universidad y el mundo del trabajo a la occidental…uno de aquellos casos de personas que han nacido en una cultura completamente ajena a la nuestra pero al mismo tiempo han tenido ocasión e interés de conocer y vivir en un ambiente cultural occidental, sin perder nunca de vista sus propios orígenes.

Visitar con él el parque del Awash, conflictivo corazón histórico del territorio Karrayyu, es una ocasión rara y preciosa que se ha presentado de la forma menos esperada, así un poco como ocurren las cosas entre pastores: “sabes, mañana me voy hacia allí” “de verdad?? Ok, yo también me apunto!”

Después de la visita a la aldea despoblada (imposible prever los movimientos de las familias), nos adentramos en la sabana para subir al volcán “Fantalle”, por los locales Harawa Fanto, lugar sagrado a los Karrayyu que domina todo la llanura del parque de Awash y sus alrededores. El paseo podría ser bastante aburrido, estamos en una sabana nada amigable y casi completamente despoblada, no es fácil avistar algún grande animal que no sea ganado, aunque parece que aún haya leones en esta zona.

Sin embargo gracias a Roba este entorno para nosotros monótono se transforma en un continuo descubrimiento: de una planta baja y anónima aparecen unas grandes raíces jugosas que son la salvación de los pastores en la estación seca, otra es un desinfectante eficaz que pruebo con suceso en una herida que me molesta, otro árbol tiene poderes alucinógenos parecidos a la marihuana, otro es usado como un chicle… se llega casi a la sensación que este entorno aparentemente hostil sea al contrario como un gran supermercado al aire libre, pero sin caja registradora a la salida!!

La subida al Fantalle no es empinada pero larga, y deja tiempo para hablar de muchas cosas, y aunque a veces me cueste un poco por el afán y el calor, no paro de acribillar Roba de preguntas, y la respuestas son siempre muy interesantes.

Los Karrayyu son unas 100,000 personas, pero pertenecen al grande grupo de pueblos oromo, que juntos forman la etnia más grande de Etiopía. Comparten muchos aspectos físicos y culturales con los vecinos Afar, que pero tienen un origen distinto y habitan el territorio del Danakil, al norte del territorio de los Karrayyu con los cuales han entrado muchas veces en conflicto.

Dentro del grupo oromo, los Karrayyu son entre las pocas tribus que aún viven siguiendo el ancestral sistema de grupos de edad denominado “gadda”. Se trata de un sistema de organización de la comunidad a distintos niveles, es muy complejo pero a la vez profundamente igualitario.

Todos los aspectos de la vida de la comunidad tienen que ver con el “gadda”, la primera distinción es la que agrupa a la comunidad por grupos de edad en ciclos de 8 años que cubren todo el arco vital, desde los primeros 8 años de la  “infancia” hasta el quinto de los “ancianos” que tienen la función de gobernar. Compartir año de nacimiento unirá de forma muy fuerte a los chicos y chicas, que realizarán los pasos fundamentales de su vida juntos.
Pero la gestión política es lo más sorprendente y fascinante: dentro de la tribu existen 5 partidos distintos que gobiernan a turno por 8 años, ni un día más, ni un día menos. Los miembros del partido pueden vivir esparcidos cuando no gobiernan, pero cuando llega su turno las familias se juntan, y son todos los miembros del clan que contribuyen a la administración con funciones que cambian de acuerdo al grupo de edad. El sistema del “gadda” parece ser muy equilibrado, porqué ninguno de los clanes se atreve a gobernar de una forma abusiva y en su propio interés porqué es evidente que cuando su turno se acabe todo los abusos serán recambiados consecuentemente, por tanto mejor no abusar!! El sistema de implicación horizontal de todos los componentes de la comunidad es otro elemento de equilibrio fundamental.

Recuerdo como en una conferencia sobre interculturalidad el ponente nos preguntó provocativamente “hay alguien que  crea que la democracia no sea el mejor sistema de gobierno??”… yo levanté la mano casi instintivamente, pero en aquel momento no supe dar una alternativa… ahora quizás tendría una respuesta mejor…

Cuando nos adentramos en la esfera de la vida personal seguimos llevándonos sorpresas:
“Roba, como funciona entre hombres y mujeres, son los hombres que deciden quién va a ser su esposa?”

“que va, los matrimonios son combinados por la familia mucho antes, cuando son adolescentes, siguiendo los intereses familiares de estrechar lazos con un grupo u otro”

“pero que dices? Y entonces el amor no existe? Si alguien se enamora de una chica que no le han asignado”

“Bueno, la verdad que no es frecuente que esto ocurra porqué todo el mundo sabe que es difícil… pero normalmente cuando se casan, y empiezan a vivir juntos, acaban queriéndose”

:-O

Se casan, y después se quieren… si realmente lo consiguen quiere decir que son mucho pero mucho más sabios que nosotros, la verdad!!

Sin embargo también ocurre que los matrimonios no funcionen, pero en este caso la mujer tiene potestad de dejar la casa, es más, ya cuando se celebra el matrimonio el marido es amonestado delante de todos a que cuide de su mujer bien, y que si no lo hace ella se va a ir!

Esto son solo algunos de los detalles de una vida vivida con un fuerte sentido comunitario i una fuerte consciencia colectiva de lo que está bien y lo que no.

Roba delante de la caldera del Fanta Ale

Roba delante de la caldera del Fantalle

Y esto lo sabe muy bien Roba, que desde luego tuvo que enfrentar fuertes resistencias por parte de su familia cuando les comunicó que no le bastaba seguir rebaños, que en su vida querría conocer mejor lo que hay afuera. Esta vez les costó mucho a los Karrayyu dejar-le marchar, porqué era un viaje que iba más lejos, y tal vez no volvería… pero volvió, aunque no volvió el mismo Roba, volvió un chico súper liado y sumergido en el estrés occidental, con la cabeza llena de conceptos nuevos, que pero supo aplicar a la sabiduría antigua. Ahora Roba trabaja para Slow Food, una importante asociación italiana que trabaja para proteger la biodiversidad de los alimentos, promueve iniciativas de agricultura eco-compatible valorizando así la identidad histórico cultural de un territorio gracias a la diversidad de sus productos.

Entre todos los tipos de ganado que los Karrayyu ordeñan, los camellos son los más adaptables y adecuados al ambiente en que viven, manteniendo  el delicado equilibrio ecológico. Los camellos producen  una leche muy rica de nutrientes y digerible, que normalmente es destinada al consumo interno, pero ahora Roba está estudiando la forma de dar a este producto una salida comercial también a fuera de la comunidad Karrayyu, sea vendiendo la leche en Addis Abeba, sea desarrollando un queso de leche de camello que puede ser un producto interesante incluso para la exportación.
Los Karrayyu y Roba han entendido que tienen que bajar a compromisos con un mundo exterior que es muy invasivo y exigente en lo que se refiere a sistemas de producción, pero quieren demostrar que hay también otros caminos fuera de los que a menudo se van imponiendo desde arriba, unos caminos que cada pueblo debería poder escoger.

Para quien quiera saber más

sobre Roba Bulga: www.youtube.com/watch?v=9exM-H0n3OA
sobre Slow Food: www.slowfood.com
Ong gestionada directamente por los Karrayyu:  www.labatafantalle.org

NOTA IMPORTANTE

Mi intención es que este sea un primer de una serie  post dedicados a aquellos pueblos indígenas de etiopia de los que pueda obtener informaciones directas y/o detalladas, con una finalidad de valorización de su cultura.

Sin embargo el muy delicado y complejo problema de las reivindicaciones políticas de estos colectivos, ésula de las finalidades de este blog, por tanto no serán aprobados comentarios que hagan referencia a este aspecto.

Gracias por vuestra comprensión.

6 respuestas to “Los nuevos caminos de los camellos “Karrayyu””

  1. Anónimo Says:

    Mercès per trametre-n’s les teves vivències, Emanuele.

    Toni M. Micó

  2. Como siempre, tus artículos nos saben a poco. Me tranquiliza el hecho de que es el prtimero de una serie. Con tu permiso lo he compartido en mi cuenta de facebook. Ya esperando el próximo. Un fuerte abrazo.

  3. Com sempre molt interessant llegir-te. Per cert, si vols fer una ullada al meu blog, està una mica a mitges encara:
    http://cimsdelamevavida.wordpress.com/

  4. Gracias, Emanuele! Nos haces revivir Etiopía, y eso no tiene precio.. es como volver allí pero mirándola con tus ojos. Un beso desde Tenerife!

  5. Genial Emmanuelle 😉
    Sí hay cosas mejores q la democracia… como la meritocracia, pero ya sabes que hay pocos que merezcan y menos de los gobernantes.
    Gran abrazo y lindas aventuras por ahí.

  6. Me ha encantado! Espero que este sea el primer post de muchos otros!

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