LOS ATASCOS EN ADDIS ABEBA

Al pasarme al menos una hora al día conduciendo en el agobiante tráfico de Addis Abeba, me encuentro que el argumento no está aún del todo cubierto por otro post que escribí sobre el tema.

Los atascos son muchos y variados, y una real y a menudo imprevisible amenaza para los nervios  del pobre ferenji que se preocupa de llegar puntual al despacho o a una cita.
El más clásico, complejo y, desgraciadamente, frecuente es el atasco por obras.

"Piazza"

«Piazza»


Actualmente Addis Abeba está viviendo un momento de gran desarrollo urbanístico, que es tan multiforme (docenas de enormes edificios de oficinas, trenes, carreteras…) como exento de cualquier planificación y consideración por lo que las obras representan por los demás.
Para los vecinos del enlustrado barrio de Bole, desde hace tiempo la cara bonita de la ciudad, salir de casa para llegar a cualquier lado se ha convertido en una auténtica aventura: por donde podré pasar? adonde estará cortada la carretera? en qué punto va a haber el atasco gordo en que pierdo media hora o más? Todas estas preguntas tienen una respuesta distinta cada día!
Y no es que haya carteles o alguien que te informe, simplemente coges la calle por donde ayer se pasaba, y cuando llegas a un punto que los coches de delante hacen desordenadamente inversión (intentando adelantarse entre ellos incluso en esta delicada maniobra!), quiere decir que este día por allí no se pasa… sistema empírico, prueba y error!

Afín aunque más previsible es el atasco por deterioro de la carretera, muy frecuente al final de la estación de las lluvias que contribuyen activamente por dos meses a deturpar el asfalto “fake” empleado en la mayoría de calles: en Piazza, delante de la “posta bet” (casa de correos, pero “posta” es la palabra italiana!), hay una bajada que me recuerda el circuito de cunetas para bicicletas BMX que hacía de pequeño! Todos los coches reducen a paso de persona para sobrevivir a este tramo, para después volver a correr como antes…

Addis Abeba es la capital diplomática de África, sede de las Naciones Unidas y de la Unión Africana, no hay país en el mundo que no tenga una delegación en esta ciudad.
Dicho así suena muy bonito, pero a efectos prácticos esto no aporta ningún beneficio a los comunes mortales, al contrario, a menudo nos encontramos bloqueados hasta una hora por una calle que ha sido cortada porqué tiene que pasar el corteo de algún ilustre presidente que ha venido a salvar a África degustando un delicioso buffet de 100€ a persona al Sheraton hotel.
Es extraordinario el esfuerzo que hacen por los demás… qué menos que le dejemos las calles libres de bocinazos, no sea que sus coches espartanos (el otro día vi a uno de la AU con un Porsche Cayenne!!!!! El todoterreno urbano más caro del mercado, llega a los 260km/h… muy útil en un país como este, que ir a 100km/h es ya arriesgar seriamente la vida propia y de muchos más!) se lleguen a rayar porqué un taxi no les deja paso!

Sin embargo los coches de los comunes mortales no son tan modernos como estos, al contrario, a menudo circulan medio destrozados, y con facilidad se paran por alguna avería, generando otro tipo de atasco, el de los coches averiados: porqué si un coche tiene un problema, a nadie se le ocurre moverlo de sitio, aunque sea solo un pinchazo!! No sé si es por alguna superstición o simplemente por mala costumbre, pero no hay nadie de los atascados que se una a mi indignación al sufrir un atasco solo porqué el conductor afectado no se ha preocupado de darle un empujoncito a la carraca que ha tirado su último suspiro… al contrario, al pasar se entretienen a mirarlo con compasión y a lo mejor le dicen “aizó” (palabra difícil de traducir… seria como “ánimos” o “coraje!”)

También un clásico recurrente es el atasco generado por la parada de los temidos minibuses: se encuentran casi siempre en correspondencia de los “chaf”, las esquinas de las calles que, obviamente, siempre son las más traficadas. Aquí se nota como los etíopes están libres de condicionamientos occidentales hacia el orden y la racionalidad,  ya que estas paradas, más que lugares adonde encontrar transporte, parecen una colmena de abejas excitadas en una pugna continua para entrar y salir: cuando un primer bus se para, el que viene atrás no parará detrás de él, sino que lo va a adelantar justo antes que el otro salga, en busca del pelotón más numeroso de viajeros o, si cuenta que va a llenar rápido, se puede parar en doble o tercera fila. Hay días que consiguen atascar incluso las nuevas calles de 5 carriles! Hace falta talento y creatividad para conseguirlo, la verdad.

En Addis Abeba, con una población aproximada de 6 millones de personas, hay 4 cruces en total dotados de semáforos que funcionen. Esto genera dos tipos más de atascos.
Como los sistemas automáticos no funcionan en el país, se hace todo a base de mano de obra, y así tenemos el atasco de los guardias urbanos… ser policía aquí es algo que se tiene que hacer notar, por tanto se ponen en medio de la calle y a mandar… pero ojo, si te parece que se han distraído con una llamada al móvil, que se confunden y dejan pasar dos veces el mismo sentido de marcha o lo que sea, no le pites, no llames la atención, porqué te van a castigar despiadadamente… en otros casos son artífices de colas espectaculares, porqué aunque no en todos los sentidos de marcha haya la misma cantidad de coches, ellos aplican a rajatabla los principios igualitarios del gobierno anterior, y dejan pasar todos la misma cantidad de tiempo… aunque por un lado haya cola y por el otro esté vacío.
Pero en muchos casos son cómicamente impotentes porqué nadie les hace caso, e incluso cuando la cagas y haces una infracción, aunque te piten, como no hay sistema de control de matrículas, todo el mundo sigue recto como si aquello no fuera con él.
Pero el más gracioso y característico es el atasco de los burros: cuando el policía se va a tomar su café o su “firfir”, deja despreocupadamente el cruce sin custodia, y así te encuentras que tienes que cruzar una calle de seis carriles a pelo, y sobre la preferencia no mandan ni los carteles ni la norma de la derecha: pasa primero quien llega primero, y si no está claro, ¡el que tiene más morro!
En muchos casos esto funciona bastante bien (si te lo imaginas en Europa, nos mataríamos!), incluso mejor que si hay el policía, pero a veces se crea un atasco a cadena que parece casi surreal: todos al mismo tiempo tratan de imponerse sin darse cuenta que, si no dejan pasar, no les dejaran pasar, creando un nudo gordiano de coches recalcitrantes que no parecen más que una manada de burros en un recinto demasiado pequeño… lógicamente, cuando el policía ha terminado su “firfir” y llega a manosear la solución, todos están tan cabreados entre ellos que no le hacen caso y la cosa se sigue alargando en un apoteosis de nerviosos rebuznos de bocinas.

Evidentemente con estas numerosas variables llegar puntual es un reto cotidiano, y no es de extrañar que el “habesha queteró” (cita a la etíope) contemple una flexibilidad de al menos media hora!

4 respuestas to “LOS ATASCOS EN ADDIS ABEBA”

  1. De momento el caos circulatorio de Addis Abeba solo es superado por el Cairo, aquello era mucho más heavy. Por suerte, en ninguna de las dos ciudades tuve que conducir. Admiro a las personas que conseguis hacerlo.

  2. Sort que vens d’Itàlia……

  3. Incissiu com sempre Emanuele!

  4. Carles Marquès Says:

    Caram, i jo que pensava que Barcelona era complicada… jejeje. Realment tota una odissea!
    Lamentable això de passejar-se amb Porsche Cayenne…
    Salut Emanuele!

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